La alegría y felicidad que muchas personas disfrutan en estas fechas y que conocemos como espíritu navideño, no procede del corazón sino de nuestro órgano pensante, el cerebro. Así lo ha determinado el último estudio llevado a cabo por la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y que recoge la edición especial de Navidad de la revista British Medical Journal.
Los científicos mapearon individualmente mediante imágenes por resonancia magnética funcional, las regiones del cerebro que logran activarse con estímulos típicos de estas fechas tan señaladas.
Así, los mapas resultantes de los voluntarios revelaron que cinco áreas del cerebro eran las protagonistas de este sentimiento, puesto que en el grupo para el que la Navidad era algo positivo se activaban de forma destacada y en el grupo anti-Navidad no se producía tal activación. Las cinco zonas que se “encendían” con imágenes navideñas eran: la corteza motora primaria y la corteza premotora, el lóbulo parietal superior, el lóbulo parietal inferior y la corteza somatosensorial primaria.